Hacer El Amor

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Hacer el amor no es solo el roce de dos cuerpos que se buscan en la penumbra, ni el deseo encendido que eriza la piel y acelera los latidos. Es mucho más que eso. Es un viaje sin mapas, donde el único destino es el otro. Es el instante en que el tiempo deja de tener importancia, cuando las horas no pesan y el mundo afuera se difumina hasta volverse irrelevante. 

Es una caricia que no solo toca la piel, sino que despierta recuerdos, que desarma miedos, que dice "estoy aquí" sin necesidad de palabras. Es el arte de desnudarse más allá de la ropa, de quitarse las corazas, de entregarse no solo con el cuerpo sino con el alma entera. Porque hacer el amor es también mirarse y encontrarse en la mirada del otro, es reconocerse en el susurro, en el suspiro, en la forma en que las manos exploran como quien descubre un territorio sagrado. 

No se trata solo de placer, aunque el placer sea una de sus expresiones más hermosas. Se trata de compartir lo más frágil y lo más intenso, lo más vulnerable y lo más sincero. Es un pacto sin papeles, un acuerdo sin firmas, donde dos almas se abren paso entre el deseo y el cariño, entre el fuego y la ternura. 

Hacer el amor es quedarse, aun cuando la respiración vuelva a su ritmo, cuando el silencio se instale, cuando las sombras en la pared sean las únicas testigos. Es saber que en ese instante no hay máscaras ni distancias, solo dos seres que han elegido desbordarse el uno en el otro, con todo lo que son, con todo lo que sienten. 

Autor:Dany Nempeque