La Paciencia…
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¡Ten paciencia… no te desesperes!
La paciencia no es simplemente la habilidad de esperar.
Es el arte de sostener la calma, la fe y la certeza en medio de los procesos invisibles que están ocurriendo en el fondo de la vida.
Cada ciclo de evolución, cada transformación auténtica, requiere un tiempo de maduración que no siempre se puede acelerar desde la voluntad humana.
Cuando sembramos una semilla en la tierra, no exigimos que brote al día siguiente.
Sabemos, intuitivamente, que necesita tiempo, calor, agua, oscuridad y reposo antes de romper la cáscara y emerger hacia la luz.
Lo mismo sucede con nuestras aspiraciones del ALMA, con nuestras sanaciones internas, con nuestros despertares espirituales.
La desesperación surge cuando la mente, impaciente y desconfiada, quiere controlar el ritmo divino.
Es el ego queriendo forzar lo que el corazón sabe que debe fluir.
“Ten paciencia, no te desesperes”. .es una invitación a confiar en el proceso sagrado de tu vida.
A recordar que incluso cuando no ves cambios externos, algo se está gestando en tu interior.
Que tu ALMA, como un alquimista silencioso, está trabajando en planos sutiles para preparar tu siguiente expansión.
Paciencia es fe activa.
Es decirle al Universo:
“Confío en tus tiempos más que en mis expectativas.”
Es entregarte a la danza de la existencia con la serenidad de quien sabe que todo llega cuando el ser está verdaderamente preparado, no cuando la mente lo exige.
No te desesperes, no has sido olvidado.
No estás atascado y no estás fallando.
Estás siendo formado, como el oro en el crisol, como el diamante en la presión, como el ave que aún no rompe su cascarón.
“Ten paciencia…
Aunque no lo veas, todo se está acomodando.
Confía en los tiempos sagrados de tu ALMA.
No te desesperes, lo que es para ti, ya viene en camino.
Respira, suelta y sigue floreciendo desde adentro.
Autor:Eva
