Las personas tóxicas

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Las personas tóxicas tienen un lado dulce, pero no puedes dejar que te engañen.

Enamorarse de alguien tóxico no te convierte en mala persona.

La razón por la que son tan tóxicos, es porque su personalidad tiene múltiples facetas.

Si todas fueran malas, no te habrías sentido tentada/o a empezar una relación con esa persona.

Habrías mantenido las distancias desde el principio, porque sabías que solo traerían problemas.

La mayoría de las veces, la razón por la que alguien es tan tóxico, es porque también tiene un lado dulce. Puede ser generosa/o.

Puede ser divertida/o.

Puede ser cariñosa/o.

Te hace sentir hermosa/o cuando no te hace sentir como un don nadie.

Puede ser difícil aceptar, que alguien a quien quieres tenga cualidades tan encantadoras y tan destructivas al mismo tiempo.

Los días que piensas que es malo, juras que no volverás a hablarle, haces las maletas, te preparas para irte de su vida y no mirar atrás.

Pero en cuanto te muestra su lado dulce, piensas que vuelve a ser bueno.

Crees que las cosas cambiarán porque en el fondo es una persona buena y gentil.

Lo más difícil que tendrás que aceptar es que puede ser ambas cosas.

Puede ser dulce y cruel. Puede ser generosa/o y vengativa/o.

Puede ser comprensiva/o y desalentador/a.

Tienes que preguntarte si puedes vivir con ambas facetas de su personalidad, y si deberías vivir con ambas.

Todos tenemos nuestras debilidades y nuestros días malos, pero eso no significa que deban descargar sus frustraciones contigo.

Eso no significa que merezcas que te traten tan mal.

Puedes encontrar a alguien que no te haga sentir como una persona completamente diferente según el día (ni la hora ni el minuto).

Puedes encontrar a alguien que sea constante.

Alguien que te trate con respeto incluso cuando estén discutiendo, incluso cuando esté cansada/o, incluso cuando esté borracha/o.

Es muy difícil deshacerse de las personas tóxicas porque tienen muchas cualidades buenas que compensan sus malas cualidades, pero no puedes prestar demasiada atención a cómo te tratan en sus días buenos e ignorar por completo lo mal que te tratan en sus días malos.

Mereces que te traten bien todos los días del año. Mereces a alguien que jamás se te ocurra hacerte daño.

Autor:EDITORIAL