Llevamos con nosotros a gente que nos hizo daño. Llevamos con nosotros a gente que nos reconstruyó. Pero sobre todo, llevamos con nosotros a las personas que elegimos creer y amar.
Sí, tenemos los tics, la furia, los prejuicios de las personas que crecieron impresos en nuestras mentes.
Pensamos y sentimos hoy, qué personas del pasado caminarán con nosotros en el futuro
Sí, hemos cultivado en nuestras vidas la emoción con la que hemos sido mirados, abandonados, amados, peleados.
Pero elegimos por lo que.
Elegimos a quién decepcionamos por detrás, porque nos duele demasiado lo que no éramos pero pensábamos que éramos.
También elegimos quién puede vivir en nuestra emoción y hacernos felices, sanar y amar.
La gente viene y va, tú sigues siendo el hombre que eliges crecer, de todos aquellos que han estado y estarán en tu vida.
Cada persona, sin importar lo bueno o lo malo que haya hecho, tiene el lugar que le das, en tu corazón y en tu mente. Cuando de verdad quieres estar bien, ya no cargarás con el dolor de quienes te hicieron daño, sino sólo con la curación de quienes te amaron. ¿Por qué? Porque entonces serás la persona que elige desde el amor, con perdón, a través de los demás, para sí mismo.